Hay roces Victoria Villarruel y la Casa Rosada. Javier Milei trata de preservarse y la Casa Rosada es Karina Milei, que mantiene la tensión con la vicepresidenta. La presidenta del Senado es acusada de competir políticamente contra el Presidente.

Más allá de que no la invitan a la vicepresidenta a determinados eventos, una actitud habitual para manifestar el malhumor hacia la persona, en el Gobierno están molestos con Villarruel porque dicen que compite por ver quién tiene mejor imagen y la acusan de resaltar las encuestas en donde se posiciona mejor que el propio Milei. Además, la acusan de tener un proyecto y agenda propia, lejos de los planes presidenciales.

La semana pasada, Villarruel iba a asistir a un acto de las Fuerzas Armadas con Milei. Pero, a última hora, la vice desistió de ir porque no había sido invitada y “no va a donde no la invitan”.

Días claves en el Senado

Además, será una semana clave para el Senado, en donde el miércoles se empieza a tratar el pliego del juez Ariel Lijo. Alí, uno de los dos candidatos para la Corte Suprema tendrá que responder preguntas y sabemos que Villarruel, a diferencia de Milei, está en contra de que Lijo integre el Máximo Tribunal. En esta primera instancia, se leerán las adhesiones e impugnaciones, como también se harán las preguntas de cada senador.

En este contexto, es clave el bloque de Unión por la Patria, que cuenta con 33 senadores y con siete firmas en la comisión que trata el pliego de Lijo. Es por eso que la idea del peronismo es pedir que se amplíe el número de jueces en la Corte Suprema y que haya al menos una candidata mujer para ocupar una de las sillas. No tener ninguna abogada en la Corte es algo que le genera ruido a todos los bloques, inclusive a La Libertad Avanza.

En esta situación, uno de los elementos que el oficialismo tiene para negociar con la oposición para que apruebe el pliego de Lijo es la vacante del Procurador y el Defensor del Pueblo. Además, están los 170 cargos que aún faltan ocupar en la Justicia Federal.